Los Pronunciamientos Internacionales de Formación (PIF) corresponden a las Normas Internacionales de Educación (NIE) emitidas por el Consejo de Normas Internacionales de Formación en Contaduría (IAESB, por sus siglas en inglés) de la Federación Internacional de Contadores (IFAC, por sus siglas en inglés), que tienen como finalidad preparar, mejorar la calidad de la formación de los profesionales de la Contaduría.
Dada la importancia del tema, la comisión de Educación en el Colegio presentó, el 4 y 11 de agosto, el taller Competencia profesional en el ámbito laboral (PIF 5, 6 y 7) para hablar de los aspectos más relevantes en materia de los PIF, que permitan fortalecer y mejorar la práctica profesional contable al establecer requerimientos como el ingreso a los programas de formación profesional; Desarrollo Profesional Inicial (DPI) para aspirantes a profesionales y Desarrollo Profesional Continuo (DPC), que todo contador debe ejercer.
Por consiguiente, se llevaron a cabo tres ponencias para hablar de tres de los ocho pronunciamientos, que son los ejes rectores de la profesión contable y de la práctica profesional inicial.
Las exposiciones estuvieron a cargo de Adriana Arias Cedillo, Norma Martín Quintana y Rosa Gutiérrez García; además de la participación especial de María de los Ángeles Aguilar Anaya como coordinadora del curso. Todas integrantes de la comisión organizadora del taller.
En la primera sesión se establecieron los propósitos de cada uno de los PIF a analizar (5, 6 y 7), su DPI, las competencias profesionales; mientras que en la segunda parte, se abordaron los casos prácticos y los elementos de formación inicial.
Adriana Arias abrió su participación con el PIF 5, que está basado en el DPI-experiencia práctica, al respecto comentó: “Este pronunciamiento establece la experiencia práctica que se requiere de un aspirante a profesional de la Contaduría Pública al final del DPI, la cual debe ser suficiente, supervisada y evaluada con una evidencia física y digital”.
De los conceptos relevantes que se deben considerar de este PIF 5, Arias Cedillo mencionó cinco, de los cuales agregó: “1) el aspirante a profesional de la Contaduría Pública; 2) la competencia profesional; 3) el DPI es el aprendizaje y desarrollo; 4) la experiencia práctica, y 5) la inclusión de la experiencia práctica en el DPI”.
Acerca de las bases en las que están sustentados los PIF, Arias Cedillo dijo que la IFAC proporciona las guías internacionales en educación para la formación de contadores en asuntos relacionados que tienen que ver con transacciones complejas, avances tecnológicos, internacionalización de la economía, auge de las privatizaciones, medio ambiente e inteligencia artificial.
Adriana Arias cerró su intervención con el tema de la parte profesional contable en el que están obligados a contar con evidencia y el desarrollo profesional del DPI, entre otros, con tres elementos: el marco, la ética y el desarrollo profesional.
En esa línea, Rosa Gutiérrez García se enfocó en el PIF 6, que trata del DPI de la competencia profesional, del cual dijo que todo aspirante a ser profesional de la carrera contable necesita alcanzar este desarrollo.
“El PIF 6 será aplicable y útil a entidades educativas, empleadores, reguladores, autoridades gubernamentales y otros interesados”.
Bajo esta premisa, Gutiérrez García agregó que este PIF 6 especifica los requerimientos para la evaluación de la competencia profesional en el ámbito del PIF 2, DPI-competencia técnica; PIF 3, DPI-habilidades profesionales; PIF 4, DPI-valores, ética y actitudes profesionales y PIF 5, DPI-experiencia práctica.
Sobre la importancia de este PIF a los profesionales de la Contaduría Pública, externó que el “contador es especialista en el análisis y elaboración de estados financieros, presupuestos, balances, libros contables y cumplimiento de obligaciones fiscales; incluso, ven temas relacionados con la nómina y prestaciones laborales”.
Rosa Gutiérrez refirió que este PIF 6 cuenta con el alcance que emanan de una serie de requerimientos para la evaluación de competencia profesional.
“El objetivo de este PIF 6 es verificar si se ha alcanzado el nivel apropiado de competencia profesional, cuyos requerimientos son evaluación formal, principios de evaluación y evidencia verificable”.
Mientras tanto, Norma Martín Quintana basó su intervención en el PIF 7, enfocado en el DPC en el ámbito laboral, que establece el DPC que se requiera del profesional de la Contaduría Pública para desarrollar y mantener la competencia profesional para proporcionar servicios de alta calidad a los clientes, empleadores, reguladores, autoridades gubernamentales y otros terceros interesados para fortalecer la confianza.
“El objetivo del PIF 7 es proporcionar a todo profesional contable las bases para desempeñarse en el ámbito laboral con responsabilidad, atendiendo los conocimientos profesionales, habilidades, valores, ética, actitudes profesionales y competencias alcanzadas durante el DPI, acrecentándolas de forma adecuada”.
Adicional a esto, Martín Quintana mencionó que el profesional contable puede llevar a cabo nuevas funciones a lo largo de su carrera que requieran nuevas competencias.
“En estos casos, el DPI puede ser necesario para desempeñar funciones que requieren de una extensión adicional de conocimiento, habilidades y valores”.
Norma Martín Quintana cerró su discurso al mencionar que el cambio es una característica constante para todos los profesionales de la Contaduría Pública, el cual es importante el DPC, globalización, avances de la tecnología, complejidad del negocio, cambios en la sociedad y el incremento en regulaciones y supervisión.
“El profesional contable será responsable en el desarrollo y mantenimiento del DPC al llevar a cabo actividades como fomentar un aprendizaje permanente, facilitar el acceso a las oportunidades del DPC; implementar medición, monitoreo y procedimiento de exigibilidad apropiados; competencia técnica, habilidades profesionales y valores, ética y actitudes profesionales”, concluyó.
La segunda jornada del taller las ponentes Adriana Arias Cedillo, Norma Martín Quintana y Rosa Gutiérrez García presentaron los aspectos prácticos y de información, que se refieren a los tres elementos de formación inicial desde el punto de vista académico, de empleadores y de sociedad; para ello, realizaron dinámicas en el que invitaron a estudiantes, colaboradores, profesionales independientes y a empleadores a analizar la situación de la formación inicial, pues instaron que todos los aspirantes a la Licenciatura en Contaduría Pública es importante considerar diferentes aspectos como la vigencia de los programa, los lineamientos y la normatividad a cumplir con las diferentes autoridades, así como el actuar profesional, ético y el comportamiento que se debe llevar como profesionales de la Contaduría.
Eventos recientes
El 28 de abril se presentó en el colegio el curso Criterios no vinculativos para efectos del informe fiscal, SIPRED. En el evento, bajo la coordinación de Teresa Cruz Rodríguez, representante de la comisión técnica de Auditoría Fiscal, se presentaron las consideraciones para tener en cuenta sobre los criterios no vinculativos contenidos en distintos cuerpos normativos.Para cubrir el tema, se contó con la valiosa participación de Manuel Corral Moreno y Álvaro Enrique Cordón Álvarez, integrantes de comisión mencionada previamente.Antes de comenzar, los contadores señalaron la importancia de los criterios no vinculativos ya que, aunque no tienen fuerza legal obligatoria, su relevancia permite alinear los tres elementos o perspectivas que convergen durante el informe fiscal: la autoridad fiscal, el contribuyente y el auditor; de esta forma, estos criterios permiten dar cuenta de la forma en que el sujeto pasivo (la autoridad) interpreta una normativa para orientar al sujeto activo (el contribuyente).Además, se comentó que, pese a que el contribuyente no tiene la obligación de considerar estos criterios vinculantes, “el auditor tiene la obligación de revelar las discrepancias entre los criterios de la autoridad fiscal y el contribuyente”, ya que en caso de no hacerlo puede ser copartícipe de un encubrimiento de discrepancias fiscales.Una vez establecido ese precedente, los ponentes detallaron los criterios no vinculativos relacionados con distintos cuerpos normativos, comenzando con el Código Fiscal de la Federación (CFF), la Ley de Impuesto Sobre la Renta (LISR), la Ley de Impuesto al Valor Agregado (LIVA), la LIEPS (Ley de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) y la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos (LISH). Para cada apartado, los expositores comentaron los criterios no vinculativos aplicables a cada conjunto de leyes y ejemplos prácticos que permitieron profundizar en ellos, desde aquellos relacionados con la expedición, timbrado y entrega de CFDI; la base gravable del IEPS en la prestación de servicios de juegos con apuestas y sorteos; la deducción de pagos a sindicatos; los gastos a favor de terceros; entre otros.
En la conferencia universitaria de abril, el tema principal fue los Instrumentos auxiliares de fiscalización del SAT, un evento que contó con la destacada participación de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) Tepepan. David Osorio Cetina, docente de referida institución educativa, tuvo la responsabilidad de explicar en detalle los mecanismos y herramientas que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) emplea para respaldar y complementar sus facultades de comprobación. Su ponencia se centró en cómo estos instrumentos ayudan a identificar posibles incumplimientos fiscales por parte de los contribuyentes. El curso, que se ofreció de manera gratuita en un formato híbrido el 24 de abril, fue inaugurado por el vicepresidente de Vinculación Universitaria, Héctor Vázquez González, junto con el profesor de la ESCA Tepepan, Hugo Rodríguez Barbosa. Durante su presentación, Osorio Cetina hizo hincapié en la importante diferencia entre estos instrumentos auxiliares y las facultades de comprobación directas del SAT, como las visitas domiciliarias, revisiones de gabinete y revisiones electrónicas. Subrayó que los instrumentos auxiliares no son actos de fiscalización en sí, sino que ofrecen información y elementos valiosos para que el SAT pueda ejercer sus facultades de manera más eficiente y selectiva. En este contexto, la recomendación más importante es prestar atención a los comunicados emitidos por la autoridad fiscal. Este tema está estrechamente relacionado con el control interno de las empresas, por lo que es esencial mantener un diálogo con las áreas de contabilidad y, si es necesario, con asesores fiscales. Al recibir un comunicado del SAT, es crucial verificar la información que la autoridad presenta. Por ejemplo, si el SAT notifica la omisión de la declaración anual, se debe corroborar de manera interna el estado de dicha obligación. Una de las grandes ventajas en el ámbito de las vigilancias profundas es que el cumplimiento que se realiza después de recibir un comunicado se considera aún como algo espontáneo. Según el artículo 72.° del Código Fiscal de la Federación (CFF), “si se presentan las declaraciones de manera espontánea, se está exento de sanciones por parte de la autoridad”, destacó el también abogado en Derecho. “Así que, aunque llegue una notificación, si se presenta la declaración después, sigue siendo considerada espontánea. Esto es muy diferente a un requerimiento formal por no cumplir con las obligaciones, donde la espontaneidad ya no cuenta”. La oportunidad de corregir la situación fiscal sin tener que enfrentar multas u otras sanciones es un gran beneficio para el contribuyente. Por último, David Osorio destacó la importancia de visitar la página oficial del SAT y la plataforma de gobierno abierto, donde se publican cifras de recaudación que muestran lo valiosos que son estos instrumentos auxiliares y la vigilancia constante en la labor recaudatoria del SAT. "La eficiencia que han demostrado estas herramientas ha asegurado su uso continuo, marcando un avance firme en la estrategia de fiscalización, ya que permiten una recaudación significativa sin necesidad de ejercer facultades de comprobación directas", concluyó.
En el entorno empresarial que al pasar de los años se ha vuelto más dinámico, complejo y digitalizado, la función de auditoría interna está llamada a evolucionar. Así lo expuso Edgar Cruz Cruz, miembro de la comisión SE Auditoría Interna, el pasado 11 de abril durante su presentación en el curso Auditoría Interna Ágil, en la cual compartió un enfoque innovador basado en metodologías ágiles como scrum, lean y kanban, aplicadas con éxito en diversos sectores más allá del desarrollo de software.En el evento, coordinado por Armando Patiño Torres, de comisión mencionada, Cruz Cruz destacó que estas metodologías, lejos de sustituir los métodos tradicionales, los complementan y potencian, permitiendo dividir auditorías extensas en entregables más pequeños y manejables, optimizando tiempos y enfocándose en lo verdaderamente crítico. “Se trata de entregar valor desde etapas tempranas, mantener ciclos de mejora continua y alinear la auditoría con los objetivos estratégicos del negocio”, puntualizó.En su presentación profundizó en la aplicación de scrum dentro de la auditoría interna. Cruz explicó cómo estructurar el trabajo en sprints (ciclos de máximo cuatro semanas), donde se planifican tareas específicas, se realizan reuniones diarias de seguimiento y se entrega un producto final por cada ciclo: desde hallazgos hasta informes completos. En ese sentido, definió los roles del proceso: el product owner, el scrum master y el equipo de auditores, quienes trabajan de manera colaborativa, autónoma y adaptativa.Uno de los ejemplos más ilustrativos fue el caso ficticio de la empresa “El Conejo Feliz”, donde la auditoría al proceso “orden al pago” fue segmentada en sprints semanales, lo que permitió realizar entregas constantes y mantener una alta alineación con las áreas auditadas. Con ello, se demostró que incluso en equipos pequeños, estas metodologías pueden mejorar la trazabilidad, la velocidad de respuesta y la capacidad de adaptación ante cambios o nuevos hallazgos.Durante su intervención, Cruz hizo hincapié en que la adopción de metodologías ágiles requiere una cultura organizacional madura, liderazgo comprometido y equipos capacitados. Identificó como principal obstáculo la resistencia al cambio, y resaltó la importancia de comunicar claramente los beneficios de este enfoque dentro de la organización.También abordó la relevancia de contar con manuales de auditoría actualizados y vivos, ajustados a normas internacionales, pero con flexibilidad para incorporar enfoques ágiles. En ese sentido, se invitó a los asistentes a reflexionar sobre la pertinencia de sus propios marcos de trabajo y la necesidad de incorporar valores y principios ágiles como la colaboración, la adaptación al cambio y la entrega continua de valor.Además de los aspectos técnicos, la charla abordó temas estratégicos. Edgar Cruz subrayó la necesidad de que la auditoría interna esté alineada con la gestión de riesgos empresariales (ERM) y participe activamente en el cumplimiento y desarrollo del negocio. Enfatizó que la oportunidad en la entrega de informes es esencial, pues auditorías que se entregan meses después pueden perder relevancia. “La auditoría debe prevenir, no solo registrar errores del pasado”, afirmó.Finalmente, se compartieron ejemplos de organizaciones que ya están aplicando con éxito estas metodologías en sectores como salud, finanzas, manufactura y tecnología, demostrando que el enfoque ágil es viable en organizaciones de cualquier tamaño, siempre que se adapte a sus necesidades específicas.